Fundamentos

Y por todo esto, Dios ama a los gays…

Como las generalizaciones no son buenas, y como se dice popularmente, no hay que meter a todo el mundo en el mismo saco, hay que decir que entre las personas que profesan el cristianismo, hay toda clase de opiniones en cuanto a la homosexualidad, por suerte para nosotros como sociedad. Aunque los fundamentos de esta religión desde luego no aceptan ni aprueban el sexo entre personas del mismo género, y eso es algo real, la gente que se considera cristiana tiene por suerte distintas percepciones de cómo afrontar esto.

Comprenderás que, como creador de este blog, esté con todos aquellos que son tolerantes, que es lo menos que se puede pedir; y por supuesto, aquellos que, siendo homosexuales o no, aceptan a todos los demás cristianos como son y con los pensamientos y sentimientos que cada uno tiene. Y a los que no lo son, bueno, aquí traigo unas cuantas de razones por las que deberían cambiar un poco la percepción de este asunto, porque ¡amigos, de seguro Dios ama a los gays!:

-El término «homosexual» no apareció hasta 1892: Puede que hayas escuchado por ahí alguna traducción moderna de la Biblia en la que aparezca el término como algo rechazable por los preceptos de Dios, pero es imposible que en la redacción antigua apareciera. Así que, aunque el cristianismo rechaza tanto las relaciones sexuales del mismo género como la lujuria, no podría sustentarse en ningún escrito que recharaza explícitamente la homosexualidad.

-El celibato es un don, no un mandato. Con respecto a las palabras de algunos jerarcas de la Iglesia que ordenan más que animan a los gays a no mantener relaciones sexuales, hay que decir que el celibato es una opción personal, que busca adorar a Dios imitando a su hijo Jesucristo, y no complacer los mandatos de algunos integrantes de la cúpula del cristianismo.

Sodoma y Gomorra no era tierra de homosexuales. El término sodomía proviene del nombre de esta antigua ciudad nombrada en el Viejo Testamento, que se supone destruida por Dios por estas prácticas antinaturales. Pero en realidad estas ciudades se ganaron la furia de Dios por practicar toda clase de vicios y delitos, no sólo el exceso sexual, ni concretamente la homosexualidad.

-Las prohibiciones del Levítico no se aplican a los cristianos. El Levítico condena las relaciones sexuales entre hombres del mismo sexo, pero todo el código de la ley del Antiguo Testamento nunca se ha aplicado a los cristianos tras la muerte de Jesús, puesto que las bases del cristianismo son sus enseñanzas y los escritos del Nuevo Testamento. El Levítico también condena comer carne de cerdo, conejo o mariscos, rapar el pelo a los lados de la cabeza y tener relaciones sexuales durante el período menstrual de una mujer, cosas que ningún cristiano tiene prohibidas.